Un día nos levantamos y percibimos la alegría de comenzar un nuevo día, nos sentimos alegres y agradecidos de poder un día más ver, caminar, oír, sentir, de poder ser parte de algo tan hermoso como la vida misma.
Y decir: Este día voy a salir y voy a mirar el amanecer que cada día ignoro, ese cielo pintado por ángeles. Y caminar como si no existiera el tiempo, disfrutando cada paso, cada instante que se me regalo, admirando cada cosa delante de nosotros, escuchando cada sonido, sintiendo la temperatura, la humedad del nuevo día, observando los colores del amanecer que se han de mesclar con las nubes que se tiñen de ese color anaranjado que sale desde lo lejos como rayos que abrazan a la oscuridad y la disipan con su calor, mirando detenidamente sus formas, su textura, sintiendo su calor en el rostro. Y a la vez sintiendo que tu respirar se vuelve diferente sientes que respiras paz y exhalas discordia, respiras felicidad y exhalas miedos, respiras amor y exhalas temor, respiras verdad y exhalas confusión. Y así sintiendo que se inhala luz y se exhala el humo acumulado de nuestro cuerpo y dejamos ese humo disiparse con la luz del nuevo día.
Si tan solo nos olvidáramos de pensar en esas cosas que no proveen ninguna ayuda al problema o situación, de esos pensamientos vacios, como el recordar lo que paso ayer e imaginar como hubieran terminado las cosas si hubieras echo cual o tal cosa. Si tan solo acalláramos nuestros pensamientos y sintiéramos lo que se nos entrega día a día para ser muy felices, sentiríamos ese paraíso que se nos dio y le sonreiríamos.
Muchas veces sentimos que la comunidad nos atormenta con todo tipo de contaminación visual, auditiva, pero no nos damos cuenta de que nosotros tomamos la decisión de aceptar oír o ver, nosotros elegimos vivir la vida que queremos vivir y también la decisión de cambiarla está en nuestras manos en la de todos desde el más pobre hasta el más rico, desde el mas enfermo hasta el más sano, desde el más joven hasta el más grande. Aunque esta decisión que tomemos no sea agradable para otro. ¿De quién es la vida? aunque uno sea un esclavo condenado a muerte siempre hay una ventana, aunque a veces no es lo que esperamos, todo tiene un porqué. Con esto quiero decir que lo que nos pasa, absolutamente todo, esta tejido de una manera perfecta; que cada experiencia, desafío, o desgracia (como lo vean), es un aprendizaje y nosotros elegimos aprender de ello o ignorarlo y luego volver a tropezar y aprender.
Pero si descubriéramos un día que todo seria mas fácil si escucháramos a nuestro corazón, a ese instinto que nos dice lo que hacer, si nos dejáramos rodear de cosas buenas y evitar las que nos dañan. A veces uno cree que no tiene ningún escape, pero siempre que se cierra una puerta se abre una ventana y uno es el que elige tomarla o no, cada uno tiene el libre poder de elegir que ser de su vida sea aceptado o no. No hay que preocuparse si uno no es aceptado, cada persona tiene distintos pensamientos y no por eso es mejor o peor que uno mismo, y si a vos te lo negaron a esa/s persona/s se lo negaran también; por la Ley de atracción, todo lo que uno hace le vuelve. Así que si nosotros cultivamos cosas buenas saldrán cosas buenas y no así si cultivamos cosas negativas, obtendríamos cosas negativas. Hay que tener paciencia (la ciencia de la paz) pues todo llega en el momento justo y necesario nada es tirado al azar.
Nuestro creador ha puesto todo con un motivo y razón, pero nosotros elegimos que lecciones tomar y cuando darnos cuenta del aprendizaje, además de cuando aplicarlo.
Por eso mismo si uno lograra ser más positivo aprendiendo de todo lo que sucede a su alrededor y en su interior mismo, encontraría que la vida es muy rica de felicidad, nada le hace falta a uno cuando se le sonríe a la vida y cuando uno actúa acorde a lo que uno quiere obtener (siembra lo que quieres cosechar).
Con mucho cariño..
Námas-te.






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